Sí, puedes publicar un libro de tu trabajo académico

Después de mucho tiempo corrigiendo trabajos de fin de máster y tesis, me he dado cuenta de algo. ¡Qué poco nos alientan los profesores a publicar nuestro trabajo académico! Pero no me refiero a ese comentario que declaman con admiración y encanto: «Tu trabajo sobre la mujer en el cine noruego de los años cincuenta es soberbio, deberías publicarlo». Punto y aparte y nunca más se supo, querida. No, esa oración se queda coja. No sirve.

Hace algunos años acudí a la defensa de la tesis doctoral de un amigo, y una de las cosas que me dijo fue que sus tutoras le había recomendado que lo publicase. Yo me alegré y le pregunté (sin mucha idea en el tema), que cómo lo hacían, si ellas le habían recomendado una lista de editoriales, si le habían propuesto una serie de pautas para ajustar la tesis para poder editarse en una editorial. EEEEE… ERROR. Qué bella es la ignorancia. No, su respuesta fue «nada más, solo que lo podría publicar». ¿No da la sensación de que hay un vacío a este respecto?

¿Sabéis, queridos, la de tesis y trabajos de fin de máster que se quedan en un cajón?, ¿cuántas grandes ideas de investigación de gente joven hay escondidas en archivos del ordenador con nombres LA TESIS FINAL o REALMENTE ES LA TESIS FINAL o ESTA SÍ ES REALMENTE LA FINAL, LO JURO? Muchas. Y, por desgracia, no hay apoyo, ni tiempo, ni ganas para que esos trabajos vean la luz editados por una editorial tradicional. ¿Y no debería ser tu mismo tutor el que te pudiera asesorar y ayudar?, ¿el que te alentara a ello? Es más, estoy segura de que más de un tutor piensa cuando le llega un alumno con una idea para su trabajo de investigación: «Espero que no me haga trabajar mucho».

Por desgracia, ese es el caso, que ningún tutor te ofrece su ayuda, pese a que cobran por ello (o deberían). Cuando presentamos nuestro trabajo de fin de máster o tesis, nos quedamos tan exhaustos que solo queremos olvidarnos de normas rígidas, marcos teóricos, libros infinitos que hemos leído, tiempo que se saca de debajo de las piedras con horarios imposibles… Así que una, que se siente en tierra de nadie, no sabe ni por dónde empezar. No hay información. Es triste.

No, tu tutor no te proporciona una lista de editoriales afines a tu tema, no te orienta sobre cómo amoldar el trabajo para que sea comercial, qué se necesita para adaptar un género a otro para que atraiga al lector, hacer un índice más llamativo (y menos frío), suprimir muchas citas al pie de página, rehacer una estructura encorsetada, revisar la jerga que has empleado, que el estilo sea más accesible y empatice más con el lector. Hay que pensar en otro tipo de audiencia, ajustar el tono, buscar un título más corto y vendible. Es decir, todo se resumen en hacer un libro atractivo. ¿A alguien le han dado pautas su tutor, o le han derivado a otro departamento?

Esto que os cuento no forma parte de mi tesis de título barroco, pasada por la perturbadora gramática gongorina: Consideraciones sobre el final de un trabajo de investigación desde la perspectiva del estudiante como objetivo editorial desde sus múltiples variantes. Olé (el «olé» podría formar parte del título, por qué no). No, no he estudiado la cuestión con lo que ello supone: preliminares, metodología, conclusiones, bibliografía… Pero sí he hablado con distintos estudiantes que han presentado sus trabajos, y las opiniones giraban un poco sobre la misma idea. Por ejemplo, Roberto me contó sobre publicar su TFM en una editorial, pero la relación con su tutor se cortó: «Me dio la idea y yo le dije que sí ilusionado, pero luego se desinfló la comunicación, no recibí orientación por su parte porque en realidad nuestra relación tutor-alumno ya había terminado al cerrar expediente y con el trabajo se me acabaron el tiempo y las posibilidades».

Otra estudiante, llamémosla Luisa, estudió una carrera en la UNED, por lo que la tutora que te toca puede ser de cualquier punto de España. Esto también quiere decir que puede que no la veas en todo el proceso de escritura del trabajo académico, y que la comunicación puede ser peor. Me dijo: «El problema no es que no trabajan como deben, es que no saben cómo plantear un trabajo de fin de carrera o de máster o de cualquier tipo. No te ayudan». Y añade: «Es una vergüenza, porque los profesores están para eso, para que te guíen. Hay tutores que no muestran interés. En el caso de mi hermana, ella intentaba quedar con su profesor, y él pasaba totalmente. Le costaba muchísimo trabajo quedar con ella un día a tal hora (…) El esfuerzo, el trabajo, el buscar, el estrés, el agobio, la ansiedad que te provoca eso… te vuelves loca».

Os voy a hablar de mi caso, en 2016 finalicé mi TFM, trataba sobre la cuesta Moyano de Madrid (por supuesto, había un título barroco detrás, aunque a mí me gustaba), ese bastión de libros de saldo que lleva en activo desde 1925 en ese enclave cercano a Atocha, un reducto cultural imparable, pero que ha tenido que pasar por épocas muy complicadas (pocos clientes, patinadores kamikazes, calor insoportable…). Fui a entrevistarme con muchos libreros (de hecho, aún conservo las grabaciones sonoras), leí monografías sobre el tema, fui, vine y recorrí senderos insospechados, se me borraron archivos de Word, los recuperé a duras penas, otros no. Vamos, lo que viene siendo meterse de lleno en un tema. Presenté mi TFM ante un tribunal, y en cuanto lo hice y mandé el trabajo al departamento correspondiente, me desinflé.

Me hubiese gustado haberlo publicado, pero eso significaba moverme por un lodazal que desconocía. Nadie te asesora, nadie te ofrece editoriales, nadie te explica cómo lo puedes publicar, no hay ninguna asignatura/curso/taller, por ejemplo, orientado a transformar tu texto para poder publicarlo. A día de hoy, creo que mi TFM se ha quedado desfasado, ya han pasado años, han remodelado la cuesta, y muchos de los libreros ya no seguirán allí. Es, quizá, de una de las cosas de las que me arrepiento. Así que sí, seguirá durmiendo en un documento de Word, en uno de mis discos duros.

Sin embargo, no creáis que esto de publicar tu tesis de investigación o trabajo de fin de máster es una odisea para todos. Hay escritores que se han lanzado a ello. Os dejo con tres ejemplos, pero, si sabéis de más, no dudéis en ponerlo en comentarios.

Por último, os animo a que le preguntéis todo lo concerniente a vuestro tutor sobre si podéis publicar vuestro trabajo académico o no. No lo dudéis. La sensación de ver la cubierta de tu libro en una editorial, en una librería, y que la gente lo compre, debe ser indescriptible. El trabajo no habrá si en balde. Así que por aquí os dejo dos manuales que tratan sobre el tema. Por desgracia, solo he encontrado dos.

Por lo que sí, puedes publicar un libro de tu trabajo académico. Todo es posible si no pereces en el intento. Y a vosotros, ¿os hubiese gustado haber publicado vuestro trabajo de investigación? ¡Os leo!

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