¿Por qué se usan las mayúsculas hasta aburrir en los textos legales?

El uso de las mayúsculas puede ser un tema espinoso, y más si tenemos en cuenta el libre albedrío que encontramos sobre su uso. Sí, ¿no os da la sensación de que hay un abuso excesivo a la hora de poner mayúsculas? En ciertos ámbitos, hay una sobreexposición de estas pobres criaturas, y lo cierto es que hay que saber usarlas como diamantes en bruto. Primera norma para ser un artesano de la mayúscula: la mayúscula no hace a la palabra más importante, sino que la categoriza. Así es, y a partir de ahí, ya podemos pararnos a pensar por qué damos tanto la vara con su uso indebido en el ámbito jurídico, del derecho, burocrático, legal, del papeleo en general, vamos. Ese que tan poco entendemos y que presenta un lenguaje barroco a más no poder.

¿Dónde nos encontramos un uso de las mayúsculas desmedido?

En la redacción de:

        • Anteproyectos de ley
        • Reales decretos-leyes
        • Propuestas del Consejo de Ministros
        • Disposiciones y actos administrativos

 

Podría pensarse que los redactores van más allá de las normas de la RAE, o incluso hay quien diga, ¿por qué seguir a la RAE? Quizá no hay que seguir las reglas específicas de la Real Academia Española. Pero es que, si cada institución hace lo que quiere, ¡esto podría resultar un sindiós en cuanto a la mayúscula se refiere! Y la burocracia no está exenta.

Los mismos redactores son conscientes de este problemilla, y para solventarlo, se escribió el Acuerdo del Consejo de Ministros de 28 de julio de 2005. En él se recogen las directrices de técnica normativa en el ámbito español, así como pautas que se deben tener en cuenta a la hora de redactar. En dicho documento, se puede encontrar un extenso apartado sobre el uso de las mayúsculas (sí, más extenso que ninguno, lo creería con los ojos cerrados).

 

¿POR QUÉ SE EMPLEAN LAS MAYÚSCULAS?

Todo viene de la etapa franquista, cuando se implantó un uso excesivo de las mayúsculas en la normativa. Esta práctica exaltaba al poder y a los cargos públicos. El lenguaje sirvió como órgano de un poder opresor, pero de eso hace tiempo. Deberíamos pasar página y mejorar. Y esto es escribir mayúsculas con un uso comedido, y emplearlas cuando se refieran a un sentido particular. Ese criterio debe ser estrictamente uniforme.

Pensad una cosa, ¿hace el mismo efecto leer un texto lleno de mayúsculas que otro que no tiene tantas? Por supuesto que no. Así lo explica Sánchez-Seco, profesor de Filosofía del Derecho de la Universidad de Alcalá, en su artículo Algunas consideraciones sobre el uso de las mayúsculas en las normas:

 

El hecho de utilizar más o menos mayúsculas no es indiferente para la persona que lee la norma. No surte los mismos efectos un texto escrito con un uso comedido de mayúsculas que otro en el que parezcan de forma más numerosa.

 

Sánchez-Seco señala que en el primer caso la lectura será más eficiente y habrá mayor fluidez. Esto sería decisivo, ya que las normas, ya de por sí, no emplean un lenguaje llano y cercano, sino que enredan con subordinadas y un léxico impropio de la raza humana (esto último lo digo yo, no Sánchez-Seco). No es un lenguaje conciso, y esto no ayuda a comprender la norma. Y encima si superponemos mayúsculas porque creemos que todo es superimportante, el meollo está servido.

 

EJEMPLOS

Las mayúsculas advierten de algo, y con tanta advertencia el lector está en constante tensión, aviso quizá, por lo que está leyendo. Y esto, claro está, puede llevar a la confusión. Pensad, si una palabra aparece escrita en el mismo texto unas veces con mayúscula y otras con minúscula, el lector puede pensar que tiene dos sentidos diferentes, cuando en realidad se está haciendo alusión a un único significado.

A continuación, veamos algunos ejemplos que podemos encontrarnos en estos maravillosos textos legales.

 

  • Disposiciones

Se escribe con mayúscula inicial el tipo de disposición en el caso de que se cite como tal y con su denominación oficial completa o abreviada. Por ejemplo:

✔️ La Ley Foral 13/2009, de 9 de diciembre, de modificación del artículo 9 de la Ley Foral 6/2006, de Contratos Públicos, BOE, núm. 13, viernes 15 de enero de 2010…

Pero en estos casos donde no se nombra el título de la ley o el decreto, va siempre en minúscula:

✔️ El presente real decreto…

❌ El presente Real Decreto…

 

✔️ En la presente ley se establece que…

❌ En la presente Ley se establece que…

 

✔️ Esta ley orgánica…

❌ Esta Ley Orgánica…

 

Los nombres de leyes, órdenes y decretos cuando se anuncian con carácter general van en minúscula. Y en mayúscula cuando hacen alusión a una disposición en concreto; es decir, cuando acompañan al número o al nombre de una determinada ley. Por ejemplo: Ley 13/2009…, Ley 7/2010, de 31 de marzo…

Veamos otros ejemplos donde se abusa de las mayúsculas:

❌ Los anteproyectos de leyes o proyectos de Reales Decretos que incidan sobre el trabajo autónomo…

❌ Los miembros de la Guardia Civil sólo podrán ser privados de su libertad en los casos previstos por las Leyes y en la forma en que éstas dispongan.

❌ … sin más límites que los derivados del respeto a los derechos de las demás personas y al orden público garantizado por la Constitución y las Leyes.

 

  • Escritura de títulos

En estos casos se establece que el texto ha de escribirse con mayúsculas, según vemos en el siguiente esquema:

LIBRO PRIMERO
TÍTULO PRELIMINAR
TÍTULO II
CAPÍTULO I
SECCIÓN 1.a DERECHOS DE EXPLOTACIÓN
Subsección 1.a Otras disposiciones

Por otro lado, hay que escribir en minúscula las partes que se citan de una norma: capítulos, apartados, párrafos, disposiciones, secciones, pero, por desgracia, no es lo que nos solemos encontrar:

❌ Para la determinación inicial de las pensiones reguladas en los Capítulos II, III, IV y VII del Subtítulo Segundo del Título Primero del texto refundido de la Ley de Clases Pasivas del Estado, aprobado por Real Decreto Legislativo 670/1987, de 30 de abril…

 

 

  • Ejemplos de inconsistencias

Hay descuidos a la hora de redactar, eso está claro. Pero lo mejor es cuando a lo largo del documento se mezclan mayúsculas y minúsculas en una maraña para confundir al lector, donde las mayúsculas son puestas al azar. No parece que haya un esquema lógico en los siguientes ejemplos:

Servicio de Comunicación Audiovisual
servicio de comunicación audiovisual
servicio de Comunicación Audiovisual

Película para televisión
Miniseries de Televisión

¿Qué?, ¿con cuál nos quedamos?

 

***

El abuso de la mayúscula en la escritura legal incumple muchos principios, sobre todo el principio de unificación, tan presente en el gremio de los correctores. Sería maravilloso que los redactores de estos textos se pusieran de acuerdo y cumplieran el Acuerdo de Consejo de Ministros, así las mayúsculas no camparían a sus anchas y no provocarían dolor de cabeza entre los lectores.

Así que tranquilidad para el afortunado que consiga terminar de leer una disposición, norma o ley sin tener un paracetamol al lado. Algún día, en alguna década de un siglo remoto, se conseguirá unificar el uso de las mayúsculas en los textos legales, y con ello podar ese lenguaje tan barroco al que nos tienen acostumbrados. Pero eso es otro cantar. Mientras tanto, paciencia, pues el caso sigue abierto y las pruebas no paran de salir a la luz.

 

*Los ejemplos han sido extraídos del artículo de Fernando Centenera Sánchez-Seco, Algunas consideraciones sobre el uso de las mayúsculas en las normas. 

Además, también podéis ver el blog de Javier Badía sobre el lenguaje administrativo: ENLACE. 

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