Hay una cosa que me chirría mucho en la lengua, y cuando estoy corrigiendo un texto, siempre tiendo a corregirlo. Es como si entráis en casa y veis que todo está bien, pero hay algo descolocado que os hace pensar que un huracán ha pasado por allí, y lo ha vuelto a colocar todo (a su manera). Es lo que me ocurre con el insufrible uso de el mismo como adjetivo sustantivado (y con sus formas femenina y plural, por supuesto). Un ejemplo rápido: «Marta se puso su falda rosa y le encantó el resultado de la misma».
¿QUÉ ES EL MISMO?
Según la RAE, mismo es un adjetivo que puede sustantivarse, manteniendo los sentidos de identidad y de igualdad o semejanza que le son propios: «Sus ideas reformistas solo cambian de posición, pero son las mismas» (Vitier Sol [Cuba 1975]).
Su uso se encuentra más en el lenguaje administrativo y periodístico. Pero hay que remarcar que es innecesario y un error mayúsculo emplear mismo como mero elemento anafórico, o sea, como elemento vacío de sentido cuya única función es recuperar otro elemento del discurso ya mencionado.
LÁZARO CARRETER
El insufrible uso de el mismo como adjetivo sustantivado también ha sido un elemento de la oración que numerosos lingüistas quizá hayan pasado por alto (yo lo hubiera llevado al tribunal de La Haya por lo menos), excepto uno en concreto bien conocido por todos: Lázaro Carreter. En El dardo en la palabra, Círculo de Lectores, Barcelona, 1997, decía: «Y ahí está ese terrible el mismo con que nos afligen de continuo prensas y ondas. «Se detuvo un coche y una señora bajó del mismo (por de él); «una manifestación que transcurrió con normalidad durante todo el recorrido de la misma» (por durante todo su recorrido). Pero, de acuerdo con un presunto lema germánico, ¿por qué hacer fáciles las cosas, si también funcionan las difíciles?».
En en mismo libro, retoma el tema cuando añade: «Pero, muchas veces, se precisa un anafórico, es decir, un pronombre o un posesivo que remita a un término ya expresado. Y es entonces cuando, «por considerarlo fórmula explícita y elegante», es decir, hortera, se echa mano de ese mismo espurio».
Lo más gracioso de todo es cuando termina con un diálogo esperpéntico que nos augura que el fin de la Tierra puede estar muy cerca, amigos. Aquí veremos unos ejemplos muy claros sobre el insufrible uso de el mismo como adjetivo sustantivado.
—Juraría que me había echado las llaves al bolsillo de la chaqueta, pero no lleva las mismas en el mismo.
—¿Te has mirado en el pantalón? Puedes llevarlas en el bolsillo del mismo.
—No, no llevo las mismas en el mismo. Al salir de casa, habré dejado las mismas sobre algún mueble de la misma, mientras sacaba el abrigo y me ponía el mismo.
—Tendrás que llamar al cerrajero para que abra la puerta.
—Sí, aquí tengo el teléfono del mismo. Nos cambió la cerradura de la misma hace poco, y conocerá la misma…
De todas formas, aunque Lázaro Carreter haya expresado abiertamente su desacuerdo en emplear el adjetivo mismo como pronombre, y que conviene reemplazar por un pronombre o por el simple adjetivo posesivo, no creo que sea una práctica tan desaconsejada. No, lo que creo que es que el error más grande que un escritor puede cometer. Ya lo he dicho antes, al tribunal de La Haya de cabeza, señoría.
Venga, os reto a que vayáis a cualquier manual de gramática y busquéis un solo apartado en la lista de pronombres donde venga el mismo, porque no lo vais a encontrar. Es más, lo que sí podréis encontrar es un epígrafe sobre el insufrible uso de el mismo como adjetivo sustantivado. Tal cual.
¿POR QUÉ ELEMENTOS PUEDE SUSTITUIRSE?
Mismo puede sustituirse por otros elementos anafóricos, como los demostrativos, los posesivos o los pronombres personales. Veamos estos ejemplos donde se ve el insufrible uso de el mismo como adjetivo sustantivado.
- Criticó al término de la asamblea las irregularidades que se habían producido durante el desarrollo de la misma (País [Esp.] 1.6.85).
POSIBLE CORRECCIÓN. Durante el desarrollo de esta o durante su desarrollo.
- Serían citados en la misma delegación a efecto de ampliar declaraciones y ratificar las mismas (Excélsior [Méx.] 21.1.97).
POSIBLE CORRECCIÓN. Serían citados en la misma delegación a efecto de ampliar declaraciones y ratificarlas.
- El que su acción fuera efímera, innecesaria, no resta a la misma su significado (Abc [Esp.] 29.9.74).
POSIBLE CORRECCIÓN. El que su acción fuera efímera, innecesaria, no le resta su significado.
- Este año llegaremos a un billón en exportaciones, pero el 70 por ciento de las mismas se centra en el mercado europeo (Razón [Esp.] 18.12.01).
POSIBLE CORRECCIÓN. Si se suprime las mismas, no se pierde el significado de la oración. Este año llegaremos a un billón en exportaciones, pero el 70 por ciento se centra el mercado europeo.
- La leyenda aparece en la misma figura, y se fotografía como parte de la misma.
POSIBLE CORRECCIÓN. La leyenda aparece en la misma figura, y se fotografía como parte de esta.
- La mayor parte de los libros de texto ya están un poco obsoletos cuando se publican debido a que transcurre mucho tiempo entre la escritura y la publicación del mismo.
POSIBLE CORRECCIÓN. La mayor parte de los libros de texto ya están un poco obsoletos cuando se publican, debido a que transcurre mucho tiempo entre su redacción y su publicación.
Ya sabéis, cuando veíais una oración del tipo «Paco se bebió toda la cerveza y el contenido de la misma le pareció delicioso» huid lejos. No echéis la vista atrás. Esto es serio, amigos.
Fuentes:
-Susana Rodríguez-Vida (2006), Curso práctico de corrección de estilo, Barcelona: Octaedro.
-Real Academia Española. (2010). Disquisición. En Diccionario de la lengua española (22.a ed.). Recuperado de: http://lema.rae.es/dpd/srv/search?id=apcQb0FGPD6m7ysHSu